Comunicar con responsabilidad
- MG
- 22 ago 2017
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La reflexión que trae a mí el texto “O Marco Civil da Internet: desafios para a educação” de Pretto y Bonilla, es sobre el derecho a a comunicación, y más allá de eso, el uso a ese derecho de los individuos. Ya que el derecho a comunicar es fundamental, sin embargo tambié debemos saber qué comunicar y cómo comunicar.
La existencia, en tanto humana, no puede ser muda, silenciosa, ni tampoco nutrirse de falsas palabras sino de palabras verdaderas con las cuales los hombres transforman el mundo. Existir, humanamente, es “pronunciar” el mundo, es transformarlo. El mundo pronunciado, a su vez, retorna problematizado a los sujetos pronunciantes, exigiendo de ellos un nuevo pronunciamiento (FREIRE, 1969).
Asimismo, la relación inseparable entre la comunicación y la educación, hacen que esta última sea “víctima” de los procesos comunicativos, generando o degenerando así los procesos educativos. Es decir, que será precisamente la comunicación la base sobre la cual la educación podrá generar un pensamiento crítico, del cual en lo ideal, deberá generar nuevo conocimiento, que a su vez deberá ser criticado para así seguir evolucionando.
Esto recaerá en todos los procesos comunicativos, y las formas de comunicación:
A liberdade de acesso da população a todos os meios de comunicação, dos mais elementares aos mais sofisticados e a liberdade de uso desses canais de comunicação segundo suas necessidades, contribuem para o avanço da cidadania que se realiza não apenas pela possibilidade de participação na comunicação, mas essencialmente porque potencializa a ação cidadã na busca pela ampliação dos demais direitos. (SANTOS, 2013, p. 95)
Es así, como los individuos a través de la comunicación, ejerceremos nuestro derecho sobre la misma y como lo dice Santos, a través de ella ampliaremos el alcance de los otros derechos. Sin embargo, para que eso suceda el individuo, además de tener el derecho a, también tiene la responsabilidad de, responsabilidad sobre lo que comunica y sobre lo que produce.
Es momento de que, reflexionemos sobre nuestra participación y generación de conocimiento para nuestro desarrollo, desde lo individual, hasta lo colectivo (familia, amigos, nacional, mundial), pensar que aquello que cada uno de nosotros decimos y reproducimos tiene consecuencias sobre el otro. Pienso que, si cada uno de los individuos se detuviera a pensar en qué dice-escribe y cómo lo comunica, tal vez este mundo no estaría tan lleno de preconceptos, ni ideas de superioridad. Que son estas, las que no nos permiten desarrollarnos con el otro, y así dejamos lamentablemente de generar conocimiento.
Ya que “La educación auténtica, repetimos, no se hace de A para B o de A sobre B, sino A con B, con la mediación del mundo” (FREIRE, 1969).
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