Educación a distancia, la píldora de azúcar.
- MG
- 28 ago 2017
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En México, año con año miles de jóvenes aplican el examen para ingresar a la máxima casa de estudios, la Universidad nacional Autónoma de México. Este año la UNAM recibió más de 450 mil aspirantes que aplicaron examen para entrar a nivel medio superior y superior. Sin embargo, la UNAM sólo cuenta con vacantes para 36 mil alumnos al bachillerato y 47 mil al nivel superior.
En el 2006 surgió el Movimiento de Estudiantes Excluidos de la Educación Superior, que año con año sale a las calles para exigir un lugar en las universidades más demandadas de la zona metropolitana: UNAM, UAM e IPN. Las negociaciones con los dirigentes de estas universidades y con la SEP, han promovido el ingreso de algunos de estos jóvenes a instituciones privadas incorporadas a la UNAM o al sistema de educación abierta y a distancia.
En un mundo globalizado como en el que actualmente nos desenvolvemos, sin duda los ambientes virtuales de aprendizaje y los programas educativos a distancia son una respuesta a la gran demanda de la población de acceso al conocimiento, y más allá de eso, al punto de vista de la población, el acceso a mejores oportunidades de vivir.
Por el otro lado, las universidades privadas comenzaron a crear espacios educativos para esos alumnos que no consiguieron entrar a la universidad a través del examen, la demanda es tal que crearon sus ambientes virtuales y programas a distancia. Ofrecen nuevos cursos, carreras nuevas, programas prácticos, que venden a través del marketing aspiracional de que teniendo un título en la mano, será posible conseguir un buen empleo para vivir bien, o al menos sobrevivir.
Lo que esos alumnos no saben, es que los programas educativos que están detrás de las universidades privadas, lo que buscan es captar más alumnos; porque la lógica de ellas está fundada en el capital, en cuánto dinero el alumno y los padres de familia derrocharán para que su “criatura” salga adelante.
Lamentablemente, la mayoría de esas escuelas y programas, lo que ofrecen es una forma de obtener un papel al final de un par de anõs de pagar una cuota mensual. Ofreciendo cursos online generalizados y técnicos, que no ofrecen la oportunidad de ser críticos ni generar conocimiento real, sino reproducción de un sistema ya comprobado (para ellos). Programas que se aprovechan de los alumnos y padres de familia por un lado, y por el otro de profesores que tienen que crear proyectos y actividades en masa, atendiendo a miles de alumnos, que los deja sin capacidad de, aunque quisieran, poder ofrecer una educación de calidad.
Imaginar la desesperación interna de los jóvenes por obtener un lugar y no lograrlo; la tristeza en los ojos de los padres de familia al ver los sueños truncados; la frustración de los profesores al no conseguir desenvolverse de la manera en la que quisieran, hinchan los bolsillos de aquellos a quienes no les importa nada de eso, pero le da la bienvenida a todos con una gran sonrisa a un nuevo ciclo escolar, dando una píldora de azúcar.
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